Estas palabras tienen como destinatarios
a:
- nuestros alumnos (esencia de toda escuela)
- mis compañeros de todos los días
- y en especial a todos los que alguna vez formaron parte de esta
escuela y hoy nos acompañan
DISCURSO
ANIVERSARIO 623
Hoy, 26 de mayo, es para nosotros un día de alegría y de
esperanza, tal como lo fuera también aquel 26 de mayo de hace 70
años. En este día nos encontramos los de ayer y los de hoy….todos
con un mismo propósito y sentimiento.
Día de alegría, porque es gratificante festejar70 años de vida
de una institución como la Escuela N° 623.
70 años en el tiempo… no solo significa haber deshojado 70
almanaques, significa además vida, movimiento y, si perduró 70
años, ese movimiento significó además avanzar…….siempre
avanzar.
Avanzar en un camino que comenzó allá por 1947, cuando en el
país se producían transformaciones de
naturaleza política, social y económica como consecuencia
de la post-guerra. La ciudad de Rosario
asistía a esos cambios que repercutían en la vida de sus
habitantes. Crecían las industrias, los comercios experimentaban un
gran auge y, en consecuencia, aumentaban los requerimientos de
personal idóneo.
Se generaron cambios culturales, cambios que
incidieron en las costumbres de la mujer: quien lentamente fue
accediendo a puestos de trabajo que antes eran ocupados, en su gran
mayoría, por hombres. Se redujo el pedido de mano de obra de
sombrereras, bordadoras y de otras tareas consideradas menores o
femeninas. El mercado laboral experimentó cambios y requirió de
mujeres con conocimientos y capacitación de índole comercial.
La mujer necesitaba capacitarse para
desempeñarse en los nuevos empleos. Esta clase de capacitación solo
se impartía en academias privadas, de manera paga, con planes de
estudio reducidos, en los que se incluía sólo la especialidad, sin
materias de carácter formativo o cultural.
Por ello, y a instancias del profesor Manuel
Moreno, destacado educador rosarino y miembro del Consejo General de
Educación, se resolvió la creación de dos escuelas de Capacitación
para la Mujer: una en la ciudad de Santa Fe y otra de turno
vespertino, en Rosario.
Estas escuelas no otorgaban títulos
secundarios, sino títulos de capacitación para desempeñarse con
idoneidad en las empresas y negocios de la ciudad.
Nació así, con el nombre de Escuela
Vespertina de Capacitación para la Mujer Nº 62 “Remedios Escalada
de San Martín”, la escuela que, debido a las transformaciones
producidas a lo
largo
de sus 70 años de vida fue cambiando su nombre, para pasar a
llamarse Escuela Profesional
Nocturna
N° 62, Escuela Técnica Profesional Nocturna N° 62, Escuela de
Educación Técnica N° 623 hasta llegar a la actual Escuela de
Educación Secundaria Orientada Nº 623.
La primera inscripción de alumnas, en la que
se matricularon en dos días más de 400, se realizó en la escuela
primaria Nº 57 “Olegario V. Andrade”, sita en calle Corrientes
al 1200.
En este mismo lugar, un día como hoy, pero
hace ya 70 años, se dictaron las primeras clases. El vocal del
Consejo de Educación, Profesor Manuel Moreno, quien hiciera las
gestiones para la creación de la escuela, recorrió las aulas y
presenció, por breves minutos, el dictado de diversas asignaturas.
Funcionaba con aproximadamente 500 alumnas que
cursaban diferentes especialidades.
La escuela tenía sus sueños y proyectos, como todo aquello que
empieza como un desafío, un reto difícil, pero no imposible. Esa
quimera era compartida por las fundadoras, las personas que hicieron
que esa ilusión se transformara no solo en un sueño compartido,
sino en una realidad.
Pero no era una tarea fácil: hacían falta vocación,
perseverancia, compromiso, trabajo, deseos de superación, no de
superación personal, sino de superación colectiva y eso iba a
actuar a modo de espejo en las alumnas. Ellas tenían un reto por
delante, un gran desafío, una gran expectativa: la de alcanzar por
medio del estudio y la capacitación, una movilidad social antes
impensada, y, que a la vez, era vislumbrada por ellas como algo
remoto, difícil, pero a la vez factible y para nada utópico o
imposible.
La de las fundadoras era una ilusión para que otros actores, las
alumnas, pudieran concretar sus propios sueños a través de una
mejor educación, y que esa educación les permitiera salir de una
vida que solo les ofrecía diferentes matices o gamas de grises, la
mayor parte de las veces más cercanos al negro.
Por eso, es que con alegría, admiración, reconocimiento y
respeto también recordamos a los que nos precedieron, porque debemos
tener memoria y recuperar lo transitado, rescatando las virtudes de
aquellos maestros de otros tiempos que dejaron un legado inestimable
en sus alumnos y permitieron
que hoy estemos aquí reunidos para festejar el
cumpleaños número 70 de nuestra institución.
La mayoría de los presentes sabe que esta es una escuela de
solidaridad y esperanza. La misma esperanza que habrá tenido María
Angélica Inalbo de Stella, directora fundadora y organizadora,
cuando decidió comenzar con este proyecto, como también los
proyectos de tantas otras personas: como
aquel de la primera directora titular del establecimiento, por
concurso, Sra. María Rosa Berdou de Bello, profesora del
establecimiento desde su creación que, con su visión superadora y
vocación, hizo posible el crecimiento de esta institución.
Podríamos recordar también a algunos de sus directores, a un
sinnúmero de profesores, porte-
ros,
miembros del Club de madres y cooperadores. Cada uno de ellos ha
tenido esperanzas, cada quien ha dejado su huella, los que pasaron y
los que aún permanecemos. No hay tiempos mejores ni
peores…, simplemente diferentes.
Por
ello, este aniversario, es un momento fundamental para reconocer el
valor más profundo de esta institución, que jamás se ha resignado
a cambiar su esencia.
Lo que hoy hacemos es un acto de reencuentro con nuestra propia
historia, un reencuentro respetuoso, a la vez que cariñoso, lleno de
afectos, que busca traer al presente todo el valor de la historia de
nuestra Escuela, única manera de seguir construyendo nuestro
futuro. La
mayoría de los que hoy constituimos la actual generación de la
Escuela 623 no tuvimos el privilegio de conocer a las docentes
fundadoras. Sin embargo, la presencia subyacente de todas ellas, se
nos ha desplegado en numerosas circunstancias a lo largo del proceso
de construcción de nuestras propias historias en esta, nuestra
escuela. Quienes hoy conformamos la 623 nos sentimos orgullosos
herederos de ese pasado que nos honra.
Pero… ¿cuál es el
secreto de sus jóvenes 70 años?
La respuesta es simple: su motor han sido y son sus alumnos con
sus peculiaridades e improntas. Son como hijos en un hogar,
le dan vida, movimiento, alegría y, hasta algunos
sinsabores.
Esa es la esencia de la 623, está en su ADN: un lugar que
pretende asemejarse a un hogar, donde haya respeto, contención,
afecto, calidez y educación, así de simple, y a la vez, así de
complejo.
Lo que estamos haciendo en este acto
corresponde a un rito, es decir a un proceso a través del cual
buscamos transmitir un significado especial.
La realización de los ritos hace que el valor que transmite el
ritual no se pierda en el tiempo, en una dinámica que, al combatir
el olvido, preserve la memoria.
La escuela de ayer y la de hoy, estuvo y está formada por
personas que creyeron y creen que desde este espacio se pueden lograr
pequeños y a la vez, significativos cambios.
La escuela, nuestra escuela, no es un edificio vacío. Para
nosotros la escuela es el lazo con nuevos amigos, es el recuerdo
vigoroso de un proyecto firme que perdurará por siempre.
Nuestra escuela es hoy una institución activa, abierta, con
objetivos claros, una escuela que valora profundamente el legado de
sus fundadoras y su pasado, que busca actualmente la calidad en
sus acciones y se esfuerza por responder a nuevos desafíos, en
definitiva, la escuela es, ni más ni menos, un lugar donde alojar
sueños.
Sueños, solidaridad, ayuda, respeto…
son palabras que forman parte del diccionario de la 623 desde
siempre, palabras que caminan por los pasillos al encuentro de otras,
nuevas para algunos, pero recurrentes y familiares para muchos de
nosotros, tales como inclusión,
compromiso, trabajo…. para
así fundirse en un nombre que las arropa, cobija, resume y
sintetiza: Escuela 623, ese es su ADN, nuestro ADN!
¡FELIZ CUMPLEAÑOS QUERIDA ESCUELA!